18/3/11

La planificación urbana, la política, la transición ...

La lucha del grupo Salingaros y de sus amigos, entre ellos A Vision Of Europe (AVOE) y Civicarch, contra la disolución de las ciudades en suburbios, fue anticipada en Estados Unidos por una amplia serie de contestatarios de alto nivel: profesores universitarios, investigadores y teóricos de arquitectura.
En el corazón del imperio el impacto ha llegado antes y a escala mucho más amplia, por lo que se puede afirmar que el pueblo americano es el primer testigo-víctima del sistema que los Estados Unidos ha contribuido a difundir en todo el mundo.

La situación es mejor en Europa y esto se debe a la resistencia de una cultura — hecha sobre todo de arquitectura y urbanismo PRE-modernas — que la Segunda Guerra Mundial y la Post-guerra no han conseguido demoler del todo: tenemos algunas ciudades, pequeños centros, calles y plazas que aún se resisten (de ahí la peregrinación continua de académicos e instituciones estadounidenses ante las ciudades de Europa, para encontrar una vía de salvación). Pero ¿por cuánto tiempo? Cada día una pieza adicional de aquella cultura es derribada: basta con la construcción de un centro comercial para matar decenas de plazas; o de un monumento archistar para apagar la vida de un barrio. Basta la deformación de nuestro sentido de la armonía de la estética del consumo, de una filosofía arquitectónica abiertamente sadiana (por ejemplo el deconstructivismo) al servicio de mercados colosales que dominan los medios de comunicación. Basta que entidades de servicio dediquen sus propios recursos a las imágenes, como por ejemplo, algunas carteleras puestas por ciertas municipalidades por encima de los monumentos más bellos de Italia, o los Ferrocarriles del Estado con sus cientos de pantallas publicitarias colocadas en todas las estaciones del país, para que lo híper-real invada incluso los últimos espacios civiles y [su?]de tiempo.

Está absolutamente claro más allá del Atlántico — mucho menos en Europa y en Italia, donde en realidad sólo nosotros movemos una crítica científica tan directa — que el problema urbanístico y arquitectónico tiene un significado político inmediato. Y esta crisis política ejemplificada por la devastación del espacio civil, incluso antes de lo ecológico ("la entropía se hace visible", dice James Howard Kunstler), está estrechamente ligada al final del sueño de la Ilustración, transformándose en una pesadilla nihilista.
Nuestra tarea, por tanto, va mucho más allá del debate arquitectónico; y también más allá de la forma inadecuada de concebir la política adoptada hasta hoy. Debemos recoger de nuevo el reto adormecido de la filosofía y de las ciencias europeas, aquí, donde todo ha comenzado. Es por esto que hemos fundado la Sociedad Internacional de Biourbanística, estando la sede principal en Roma, y nos dirigimos a los ciudadanos y a los expertos de todas las disciplinas para un trabajo colectivo de refundación epistemológica, para renovar las visiones, el espacio, la ética, la política, la ciencia, la civilización.

Los invitamos a colaborar, en primer lugar visitando nuestros sitios www.biourbanism.org y www.biourbanistica.org, y ofrecemos aquí [a?] bajo algunos sitios Web americanos sobre este tema del espacio urbano y la política. Ellos mostran un análisis simple y concreto; sin duda no encuentreràn aquì el nivel de los filósofos Foucault o Lefebvre, sino un mensaje inmediato del cual comenzar a articular un discurso más elaborado y necesario.


Dr. Stefano Serafini.
Director de Investigación de la Sociedad Internacional de Biourbanística
Traducción: María Sánchez

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